martes, 27 de mayo de 2014

Colección de recuerdos

Creo que no hay nada más liberador que hacer limpieza general y en el camino encontrar cosas que alguna vez tuvieron un gran significado. Bueno por algo estuvieron guardadas, pero recordar quizás la importancia puede traer a la mente grandes momentos y a su vez nostalgias irremediables.

Entre los momentos de nostalgia están los recuerdos de los viejos conocidos que en un lapso de tiempo fueron tus mejores amigos. Mi agenda del 2007 esta llena de innumerables cumpleaños, salidas al cine, talleres, exposiciones, fiestas, mensajes de amigos, etc, y mientras leía me preguntaba ¿Qué pasó con esa gente que en el 2007 fue tan importante para colocarla en mi agenda Artilugia y ahora no puedo recordar ni sus rostros?.

Otra situación nostálgica... la carta del ex, esa en donde te dice que jamás te hará llorar y que siempre te amará (si huevón, lloré como una loca después de que de la noche a la mañana me dijiste que ya no me amabas, si ese es el significado de tu amor eterno no me quiero imaginar como será tu amor de verano) esa misiva que ahora ya no significa nada pero que en algún momento lo fue todo.

Otra forma de nostalgia y llanto es encontrar las benditas fotos que prueban que alguna vez fuiste joven, flaca y sin canas, esas son las más letales, te restriegan en la cara que los años pasan (y pesan) con crueldad, que jamás volverás a ser esa chica ingenua que creía que a los treinta sería próspera, con un hijo (puesto que 2 a los treintas es demasiado) casada con tu novio de la universidad, viviendo en un departamento, adicta al gym y con auto del año. Luego te miras en el espejo totalmente fastidiada y lo primero que piensas es "Carajo, debo ir a la peluquería ya se me notan las malditas raíces".

Y luego vienen las que te hacen sentir mejor, las que te llenan de alegrías enjuagadas con lágrimas, como la carta que me escribió una alumna que tuve bajo mi tutoría durante mi breve camino en la academia PAMER. Entre otras cosas Almendrasax, la alumna es cuestión, me agradece el haberle inculcado confianza en ella misma prometiéndome su esfuerzo e ingreso a la universidad.

No recuerdo su rostro, y tampoco recuerdo que cosa tan extraordinaria pude hacer por ella para que diga que le enseñé a seguir sus metas, pero la frase que subraya en la mencionada carta, fragmento de "La resistencia del pobre" de Mahatma Gandhi, me ha hecho reflexionar sobre mi vida, lo que pasé y lo que estoy dispuesta a afrontar:

"Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa"

Literalmente puede sonar conformista, pero si profundizamos en la idea del esfuerzo puedo decir que  di todo de mi , por ende nunca perdí, todo lo hice con intensidad, en ocasiones obtuve los que quería en otros simplemente no funcionó, pero lo hice, sí, lo hice, al final los resultados son solo eso resultados, puesto que si no disfrutas el desarrollo de nada valdrá estar en el primer lugar.

Almedrasax y su carta me hicieron comprender que la vida es un camino que necesita de mi esfuerzo, que debo aprender a disfrutar de ese esfuerzo, amar los complementos y seguir.

Mientras meto en un cajón esos recuerdos, en especial los que ahora me traen tristeza, pienso en las cosas que hice, las que no quiero repetir, las que una vez valieron la pena y las que tienden a repetirse porque no aprendí nada y siento una paz, esa tranquilidad que te da el cerrar ciclos, puede sonar cliché pero en realidad las experiencias dolorosas te hacen fuerte, ya nada te puede hacer más daño, ahora debemos seguir para coleccionar más recuerdos.