
He vivido miles de veces pensando en que nunca trabajaría para un jefe, menos si tiene una tendencia aprista, mucho menos si este jefe ningunea a los seres humanos normales.
Esa idea me entristece, me molesta y me fatiga. Pero he llegado a un punto de mi vida, donde esa pesadilla se ha convertido en realidad.
No es tan malo, pero siento que le he fallado a mis principios, que le he mentido a la gente que me aprecia cuando le hablaba de convicciones, de luchar por ser uno mismo, pero es que la vida es difícil.
Cuando recorres la vida, y te das cuenta que nada es como imaginaste te sientes abruptamente solo, como al principio, es odiosamente desesperado sentirse así.
Quisiera replantear mi vida pero por el momento no puedo, miro a mis padres y me siento atada, la vida tiene que seguir un curso que me revienta, pero me ilusiono con pensar que será pasajero, que algún día volveré a donde comencé, quizás viejita pero se hará realidad, aun tengo fe.
Estoy en un momento gris, donde lo material es útil y necesario, pero mis ideales siguen guardados, en el momento preciso verán la luz nuevamente